Fines fundacionales
De acuerdo con sus estatutos, Fundación eAtlantic Fundazioa tiene dos fines fundacionales:
1
Propiciar dinámicas que favorezcan el entendimiento entre agentes públicos y privados de la fachada atlántica europea en torno a una visión y acción compartidas con el fin de garantizar la prosperidad futura de este espacio geográfico, comprometido con el Desarrollo Humano Sostenible y los objetivos impulsados por Naciones Unidas.
Asimismo, propiciar su competitividad, la materialización de proyectos e iniciativas transformadoras que contribuyan a su desarrollo social, así como a la adecuada y plena inserción en la agenda de la UE de sus necesidades y especificidades.
La cohesión interna y el desarrollo armonioso y sostenible del conjunto de la UE han de seguir estando en el centro de su agenda de prioridades. Una Europa territorialmente equilibrada debe, además de los ejes tradicionales del Centro, el Mediterráneo y el Este europeos, reconocer y reforzar el papel estratégico de la Fachada Atlántica. No obstante, ésta adolece de su posición periférica y corre el serio riesgo de quedar relegada a un segundo plano a medida que el centro neurálgico de la UE se desplaza hacia el Este.
La fachada atlántica europea registra un evidente déficit de interconexiones que lastra su plena participación en el Mercado Único Europeo. Paralelamente, son múltiples las oportunidades para una colaboración reforzada en ámbitos diversos. Así las cosas, los territorios de la fachada atlántica europea están llamados a arbitrar respuestas y estrategias conjuntas allá donde la colaboración aporte un valor añadido. Fundación eAtlantic Fundazioa quiere ser un instrumento al servicio de este propósito.
2
Fomentar la participación de los niveles institucionales más cercanos a la ciudadanía en la gobernanza de la Unión Europea, ahondando en el principio de subsidiariedad.
Promover la reflexión, el debate y la investigación, trabar consensos y alumbrar propuestas para una gobernanza multinivel efectiva, respetuosa con la autonomía regional de los Estados miembro y que no paralice la toma de decisiones, y analizar cómo reforzar los valores democráticos de la UE.
La identificación de la sociedad europea con sus instituciones comunes requiere mecanismos claros de cercanía y participación. Es preciso avanzar en un proceso de integración construido de abajo hacia arriba, que potencie la toma de decisiones informada y que, en un esquema de gobernanza multinivel, aproveche las capacidades de las entidades subestatales, especialmente las de aquellas con competencias legislativas.
Este modelo de gobernanza, en el cual los territorios en los que se materializan los proyectos de vida, desarrollo e inversión adquieren protagonismo, redundará en mayor legitimidad democrática de la UE y en políticas mejores y pegadas al terreno.